Lección 38










 Lección 38: No hay nada que mi santidad no pueda hacer.

No hay nada que el Hijo de Dios no pueda hacer.

Esta lección te vuelve a recordar Quién tú Eres, por ser un Hijo de Dios no hay nada que no puedas hacer. Dios te creó como parte de Él, es por eso que eres muy santo, y como tu Ser incluye todo lo que existe, por ser la Creación, todo lo que existe es tan santo como tú.

"Si tú eres santo, también lo es todo lo que Dios creó. Tú eres santo porque todas las cosas que Él creó son santas. Y todas las cosas que Él creó son santas porque tú eres santo."

Esto indica que al ser parte de Dios puedes hacer lo mismo que hace Él. Tu mente es muy poderosa, pero si tu mente se limita y cree ser lo que no es, también limita su poder. Si no crees ser santo, no lo serás. Si crees que sólo eres un cuerpo que nace, envejece, enferma, y muere, eso es lo que experimentarás. Siempre todo depende de lo que crees ser, o un águila o un pollo. Nadie puede convencerte de nada, el camino de tu libertad está en ti, en tu elección de quién crees que eres y en seguirla con fe, aun a pesar de que todo te parezca indicar que no es así. La tarea del ego es la de negar Quién Eres, la tuya, es negar lo que niega el ego.

Este curso te recuerda que tú eres un águila, lo que significa que si quieres experimentar el vuelo del águila debes identificarte con ella y no con el pollo, porque si te crees pollo, crees también que existe lo imposible, y eso hace que no puedas volar. No hay nada imposible para un Hijo de Dios que se identifica con lo que ES.

Identificarse con el Hijo de Dios es incluir cada ser, cada cosa, como parte de ti, afirmas así que la separación jamás ocurrió, que las imágenes que aparentan estar separadas tan sólo lo aparentan, al haberles dado un significado, pero si no les das un significado, todo es lo mismo, todo es igual de santo. Nada es ni mejor, ni peor que otra cosa, y si todo es lo mismo, no existen límites, todo es Un Solo Ser, el Hijo de Dios, y por lo tanto, en su Unicidad, no hay nada que tu santidad no pueda hacer.

Se te está pidiendo ver cada ser y cada cosa como parte de ti, como UN TODO, así lo que crees de ti mismo, tu invulnerabilidad, tu perfección, tu plenitud , es lo que crees de cada ser y de cada cosa que percibes. Entonces, si el ego quiere engañarte diciéndote que lo que ves es otra cosa, (le da su significado a lo que estás viendo, quizás te habla de debilidad, enfermedad, imperfección, etc.), tú te mantienes firme en lo que sabes que Eres, envolviendo con tu santidad todo lo que existe, porque tu deseo es ver el reflejo de tu santidad en el mundo y no el reflejo de lo que no eres, no deseas ver el reflejo de tus pensamientos errados sino el reflejo de tus pensamientos correctos, los que afirman que ERES el Hijo de Dios. Por eso te mantienes en tu fe, sabes Quién Eres, y por lo tanto, todo es igual de santo que tú, todo es igual de perfecto que tú, y todo aquello que te quiera mostrar que eso no es cierto, no es verdad, es el engaño del ego y no le vas a creer, tu eliges creer en lo que te dice tu corazón. Prefieres la paz, la felicidad, al miedo y al dolor.

La fe se refuerza poco a poco, con ayuda de ideas como la de hoy: “no hay nada que mi santidad no pueda hacer”. ¿Eso que ves no es el reflejo de lo que en verdad Eres?¿Eso que ves, no lo ves en su Plenitud y Perfección? Entonces, estás viendo tus pensamientos errados, tus pensamientos de tu mente-ego, que cree ser lo que no es. No luchas contra esos pensamientos, son un error nada más, se los entregas al Amor, al Espíritu Santo/Jesús, los envuelves en tu santidad, para que sea tu santidad el que los corrija y puedas ver así tu verdadero reflejo, recordándote que no hay nada que tu santidad no pueda hacer.

Eres un obrador de milagros, o lo que es lo mismo, tu función es corregir tus pensamientos errados y, gracias a que la vas a realizar, el resultado serán milagros, porque trabajas “codo con codo” con el Amor, tu eliges cambiar tus pensamientos errados por otros donde se refleja tu santidad y el Amor se encarga de los milagros.

“No hay nada que mi santidad no pueda hacer”.

Esta afirmación es una afirmación de independencia, no dependes de las Leyes del mundo, porque tú Eres el Hijo de Dios. Tú y tu Padre son UNO. Tú, como Hijo de Dios, como el Cristo que en verdad Eres, no puedes sufrir, no puedes enfermar, ni sentir dolor, ni morir. No hay nada que tu santidad no pueda hacer porque, al ser parte de Dios, Su Poder reside en ti. Miras el mundo desde tu santidad, desde lo que sabes que Eres.

En cuanto crees sinceramente en ti mismo, en el Ser que en verdad Eres, se pone de manifiesto el Poder de Dios, sin que tú hagas nada y no sólo tú experimentas Su Poder sino todo lo que existe, porque te has unido a todo lo que existe, no has excluido NADA porque tienes la certeza de saber Quién Eres. Entonces vives en la certeza de saber que no hay nada que tu santidad no pueda hacer, tienes dominio sobre todas las cosas por Ser Quien Eres, y te conviertes en un obrador de milagros que realiza su función de cambiar sus pensamientos errados por los correctos, al alinearlos al sistema de pensamiento del Espíritu Santo/Jesús. 

"Todo el Poder de Dios reside en cada parte de Él, y nada que contradiga Su Voluntad es grande o pequeño. Lo que no existe no tiene tamaño ni medida. Para Dios todo es posible. Y a Cristo le es dado ser como el Padre." UCDM

"El Poder de Dios, no el tuyo, es el que engendra los milagros.  El milagro en sí no hace sino dar testimonio de que el Poder de Dios se encuentra dentro de ti. Ésa es la razón de que el milagro bendiga por igual a todos los que de alguna manera son partícipes en él, y ésa es también la razón de que todos sean partícipes en él. El Poder de Dios es ilimitado.  Y al ser siempre máximo, ofrece todo a cualquiera que se lo pida. No hay grados de dificultad en esto. A una petición de ayuda se le presta ayuda." UCDM

"Obrar milagros es lo único que puedes hacer que transciende la idea de grados de dificultad, pues los milagros no están basados en diferencias, sino en la igualdad. Los milagros no compiten entre sí, y el número de milagros que puedes obrar es ilimitado. Pueden ser legión y a la vez simultáneos. Esto no es difícil de entender una vez que concibes que son posibles. Lo que más cuesta entender es que la falta de grados de dificultad que caracteriza al milagro es algo que tiene que proceder de otra parte y no de aquí.  Desde el punto de vista del mundo, eso es imposible." UCDM

"Reconocerás tu Identidad al ofrecerla dondequiera que Ésta no se reconozca. Y Dios Mismo, Quien ha dispuesto estar con Su Hijo eternamente, bendecirá cada acto de reconocimiento de Su Hijo con todo el Amor que le profesa. El Poder de todo Su Amor estará presente en todos los milagros que le ofrezcas a Su Hijo. ¿Cómo podría entonces haber grados de dificultad en los milagros?" UCDM

Nuestro pequeño consejo, resultado de nuestra experiencia:
Toma el libro de texto y ábrelo al azar, o si lo tienes en PDF, desliza el ratón por el cursor al azar. Allá donde se detenga, eso es lo que el Espíritu Santo/Jesús te aconseja poner atención. Aunque quizás no te lo parezca, te ayudará en la práctica de la lección de hoy. ¡Disfruta!



Tu santidad invierte todas las leyes del mundo. Está más allá de cualquier restricción de tiempo, espacio, distancia, así como de cualquier clase de límite. El poder de tu santidad es ilimitado porque te establece a ti como Hijo de Dios, en unión con la Mente de su Creador.

Mediante tu santidad el poder de Dios se pone de manifiesto. Mediante tu santidad el poder de Dios se vuelve accesible. Y no hay nada que el poder de Dios no pueda hacer. Tu santidad, por lo tanto, puede eliminar todo dolor, acabar con todo pesar y resolver todo problema. Puede hacer eso en conexión contigo o con cualquier otra persona. Tiene el mismo poder para ayudar a cualquiera porque su poder para salvar a cualquiera es el mismo.

Si tú eres santo, también lo es todo lo que Dios creó. Tú eres santo porque todas las cosas que Él creó son santas. Y todas las cosas que Él creó son santas porque tú eres santo. En los ejercicios de hoy vamos a aplicar el poder de tu santidad a cualquier clase de problema, dificultad o sufrimiento que te venga a la mente tanto si tiene que ver contigo como con otro. No haremos distinciones porque no hay distinciones.

En las cuatro sesiones de práctica más largas, que preferiblemente han de tener una duración de cinco minutos completos cada una, repite la idea de hoy, cierra los ojos, y luego escudriña tu mente en busca de cualquier sensación de pérdida o de cualquier clase de infelicidad tal como la percibas. Trata, en la medida de lo posible, de no hacer distinciones entre las situaciones que son difíciles para ti y las que son difíciles para otro. Identifica la situación específicamente, así como el nombre de la persona en cuestión. Usa el siguiente modelo al aplicar la idea de hoy:

En esta situación con respecto a ___ en la que me veo envuelto, no hay nada que mi santidad no pueda hacer.
En esta situación con respecto a ___ en la que ___ se ve envuelto, no hay nada que mi santidad no pueda hacer.

De vez en cuando puedes variar este procedimiento si así lo deseas y añadir algunos de tus propios pensamientos que vengan al caso. Podrías, por ejemplo, incluir pensamientos tales como:

No hay nada que mi santidad no pueda hacer porque el poder de Dios reside en ella.

Introduce cualquier variación que quieras, pero mantén los ejercicios centrados en el tema: "No hay nada que mi santidad no pueda hacer". El propósito de los ejercicios de hoy es comenzar a inculcarte la sensación de que tienes dominio sobre todas las cosas por ser quien eres.

En las aplicaciones cortas y más frecuentes, aplica la idea en su forma original, a no ser que surja o te venga a la mente algún problema en particular que tenga que ver contigo o con otra persona. En ese caso, usa la forma más específica.
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El vídeo que puedes ver aquí abajo, contiene la lección de hoy comentada por Ken Wapnick.  Este material es de una gran ayuda pero es más fácil de seguir si tienes una cierta familiaridad con los conceptos básicos del curso.






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