Lección 47
Lección 47: Dios es la Fortaleza en la que confío.
Seguimos con la idea de que estando en Dios nada te falta, el Amor lo es todo por lo que el Amor es tu Fortaleza. Estar en Él es no temer, no dudar, sino simplemente confiar.
¿Qué significa estar en Dios? Es sentir Su Amor, es ser consciente de que no estás separado de Él, es pensar con Él. Es un estado al que vas a llegar si eres constante y no permites que los pensamientos de separación ocupen el lugar del Amor.
Cuando piensas como ego careces de Su Fortaleza, porque confías en las ilusiones, confías en lo que no es nada. Tú eres el soñador del sueño y si el soñador del sueño cree ser un pecador, un culpable, soñará un mundo donde experimenta el pecado y la culpa, un mundo donde experimenta el miedo. Un mundo así no puede hacerte creer que eres invencible y poderoso sino débil y mortal. ¿Cómo sentir en todo momento Paz y Amor en un mundo así?
El mundo es tu sueño, no hace nada; es tu mente, tu manera de pensar, la que tiene que cambiar. Necesitas soltar tu creencia en ser un ego, un ser separado, necesitas empezar a pensar como piensa un Hijo de Dios. Un Hijo de Dios sabe que es Semejante a Su Creador por ser parte de Él, es por eso que nada teme. Estar en Dios es disfrutar de Su Fortaleza, es confiar completamente en el Amor, ése es tu objetivo, para ello escucha únicamente una Voz, la Voz del Espíritu Santo/Jesús, no permitas que la voz que crees es la tuya (pero que no lo es) te diga lo que tienes que hacer. Tu verdadera Voz es la del Espíritu Santo/Jesús, la de Dios, la de la Unidad. Confía pues, únicamente en el Amor, eleva tus pensamientos al Amor y disfrutarás de Su Fortaleza.
“¿Quién puede depositar su fe en la debilidad y sentirse seguro? Por otra parte, ¿Quién puede depositar su fe en la fortaleza y sentirse débil?”
“Hay un lugar en ti donde hay perfecta paz. Hay un lugar en ti en el que nada es imposible. Hay un lugar en ti donde mora la Fortaleza de Dios.”
“...el Espíritu Santo es parte de ti. Al haber sido creado por Dios, Él no ha abandonado a Dios ni a Su Creación. Él es a la vez Dios y tú, del mismo modo en que tú eres a la vez Dios y Él.” UCDM
“El ego, que es un producto del miedo, reproduce miedo. Le es leal a éste, y esa lealtad le hace traicionar al Amor porque tú eres Amor. El Amor es tu poder, que el ego tiene que negar. Tiene que negar también todo lo que este poder te confiere porque te lo confiere todo. Nadie que lo tenga todo quiere al ego. Su propio hacedor, pues, no lo quiere. Por lo tanto, si la mente que lo fabricó se reconociera a sí misma, lo único que el ego podría encontrar sería rechazo. Y si esa mente reconociese a cualquier parte de la Filiación, se conocería a sí misma.” UCDM
“Los Hijos de Dios tienen derecho al perfecto bienestar que resulta de tener perfecta confianza. Hasta que no logran esto se agotan a sí mismos y desperdician sus verdaderos poderes creativos en fútiles intentos de obtener un mayor bienestar valiéndose de medios inadecuados. Sin embargo, los medios reales ya les han sido provistos y no requieren esfuerzo alguno por su parte.” UCDM
Nuestro pequeño consejo, resultado de nuestra experiencia:
Toma el libro de texto y ábrelo al azar, o si lo tienes en PDF, desliza el ratón por el cursor al azar. Allá donde se detenga, eso es lo que el Espíritu Santo/Jesús te aconseja poner atención. Aunque quizás no te lo parezca, te ayudará en la práctica de la lección de hoy. ¡Disfruta!
Si sólo confías en tus propias fuerzas, tienes todas las razones del mundo para sentirte aprensivo, ansioso y atemorizado. ¿Qué puedes predecir o controlar? ¿Qué hay en ti con lo que puedas contar? ¿Qué te podría capacitar para ser consciente de todas las facetas de un problema, y de resolverlos de tal manera que de ello sólo resultase lo bueno? ¿Qué hay en ti que te permita poder reconocer la solución correcta, y garantizar su consecución?
Por ti mismo no puedes hacer ninguna de esas cosas. Creer que puedes es poner tu confianza en algo que no es digno de ella, y justificar el miedo, la ansiedad, la depresión, la ira y el pesar. ¿Quién puede depositar su fe en la debilidad y sentirse seguro? Por otra parte, ¿quién puede depositar su fe en la fortaleza y sentirse débil?
Dios es tu seguridad en toda circunstancia. Su Voz habla por Él en toda situación y en todos los aspectos de cada situación, diciéndote exactamente qué es lo que tienes que hacer para invocar Su fortaleza y Su protección. En esto no hay excepciones porque en Dios no hay excepciones. Y la Voz que habla por Él piensa como Él.
Hoy trataremos de llegar más allá de tu debilidad hasta la Fuente de la verdadera fortaleza. Son necesarias hoy cuatro sesiones de práctica de cinco minutos cada una, aunque se te exhorta a que hagas más y a que les dediques más tiempo. Cierra los ojos y comienza como de costumbre repitiendo la idea de hoy. Luego dedica un minuto o dos a buscar situaciones en tu vida que hayas revestido de temor, y desecha cada una de ellas diciéndote a ti mismo:
Dios es la fortaleza en la que confío.
Trata ahora de deslizarte más allá de todas las preocupaciones relacionadas con tu propia sensación de insuficiencia. Es obvio que cualquier situación que te causa inquietud está asociada con sentimientos de insuficiencia, pues, de lo contrario, creerías que puedes lidiar con la situación con éxito. Confiando en ti mismo no es la manera de adquirir confianza. Mas la fortaleza de Dios en ti tiene éxito en todo.
Reconocer tu propia debilidad es un paso necesario para la corrección de tus errores, pero no es suficiente para darte la confianza que necesitas, y a la que tienes derecho. Debes adquirir asimismo la conciencia de que confiar en tu verdadera fortaleza está plenamente justificado en relación con todo y en toda circunstancia.
En la última fase de cada sesión de práctica, trata de llegar muy hondo dentro de tu mente a un lugar de verdadera seguridad. Reconocerás que has llegado cuando sientas una profunda sensación de paz, por muy breve que sea. Despréndete de todas las trivialidades que bullen y burbujean en la superficie de tu mente, y sumérgete por debajo de ellas hasta llegar al Reino de los Cielos. Hay un lugar en ti donde hay perfecta paz. Hay un lugar en ti en el que nada es imposible. Hay un lugar en ti donde mora la fortaleza de Dios.
Repite la idea frecuentemente en el transcurso del día. Úsala como respuesta a cualquier cosa que te perturbe. Recuerda que tienes derecho a la paz porque estás depositando tu confianza en la fortaleza de Dios.



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