Lección 12
"Si eliges algo que no ha de durar para siempre, lo que estás eligiendo carece de valor. Un valor temporal no tiene valor alguno. El tiempo no puede anular ningún valor real. Lo que se marchita y perece nunca existió, y no tiene nada que ofrecer al que lo elige. Éste se ha dejado engañar por algo que no es nada, pero que se ha manifestado en una forma que él cree que le gusta." UCDM
"Todos llegarán por fin a entender qué es lo que tiene valor y qué es lo que no lo tiene. Después de que esto ocurra, la capacidad para elegir podrá ser dirigida racionalmente. Pero hasta que no se haga esa distinción, las oscilaciones entre la voluntad libre y la aprisionada no podrán sino continuar." UCDM
" El primer paso hacia la libertad comprende separar lo falso de lo verdadero." UCDM
Como dice el Espíritu Santo/Jesús en el texto:
“... el mundo no es como tú lo ves. Dios creó únicamente lo eterno, y todo lo que tú ves es perecedero. Por lo tanto, tiene que haber otro mundo que no estás viendo.”
No existe un cierto "tipo" de mundo, el mundo no tiene ninguna característica especial, simplemente eres tú el que le pone el significado que quieres, estás soñando el sueño de la separación donde el Amor de Dios no está. Crees saber qué estás viendo, y eso te disgusta. Te disgusta porque ves dolor, sufrimiento, pecado, enfermedad, muerte, etc, un mundo sin Amor, lo que significa que tienes razón, sí te separaste de Dios, sí existe entonces un mundo separado de Él. Sientes miedo y culpa por Su "represalia", pero no te das cuenta de que eres tú quien ha decidido interpretar que hay un mundo “afuera” de dolor, sufrimiento, pecado, enfermedad, muerte, etc., eres tú quien ha decidido creer al ego, a la idea de la separación. Eso no significa que lo que estás viendo sea cierto, ni que esté “afuera” sino que tú crees que es así. Tú eres el soñador del sueño. Tú decides, y has decidido ver lo que no eres porque no crees merecer la grandeza de Dios. Eliges las ilusiones porque con ellas puedes fingir que eres “especial” y que son los otros los que no lo son.
La separación jamás sucedió, pero has puesto toda tu confianza en que sí sucedió, eliges una y otra vez a ese pasado ilusorio de un mundo sin Amor y lo proyectas en el ahora porque necesitas reconocer que tienes razón, que estás separado del Amor y que este mundo es la causa de que no seas feliz.
Cuando te sientes disgustado es porque le has dado un significado a algo, le has conferido realidad. Recuerda, entonces, que en verdad no sabes lo que estás percibiendo; todo lo que ves no tiene significado porque estás viendo el sueño del ego, un pasado que sólo sucedió en tu mente, nunca fue real y que por ello te estás perdiendo el momento presente, donde está el recuerdo de Dios. El Amor, lo Eterno. La Verdad de lo que tú Eres. El verdadero Conocimiento. No ves el ahora porque tu mente piensa constantemente en ese pasado en el que estás separado del Amor. El Espíritu Santo/Jesús te anima a que elijas Su sueño de Amor y paz (en el que ves el mundo real) porque soñar ese sueño te ayudará a que recuerdes que eso es lo que tú Eres y sueltes así el sueño del ego que te muestra lo que no eres.
“El Amor es lo único que se puede entender, ya que sólo el Amor es real y, por lo tanto, sólo el Amor tiene sentido” Ucdm
El ego te enseña que la Verdad “no significa nada” pero el Espíritu Santo/Jesús te dice que son las ilusiones del ego lo que carece de significado. Ves un mundo sin significado.
“Pero precisamente porque carece de significado te sientes impulsado a escribir en él lo que tú quisieras que fuese. Eso es lo que ves en él. Eso es lo que en verdad no tiene significado.”
No hay nada malo o bueno en el sueño del ego, todo es una misma ilusión, tu único error es creer que es real, porque al creerlo, estás eligiendo su sueño. Eliges no ver el mundo real, donde todo sucede en el ahora.
“Percibir únicamente el mundo real te conducirá al Cielo real, porque te capacitará para comprenderlo.” Ucdm
En el mundo real experimentas la paz y la dicha de saberte en el Amor, libre de todo dolor y sufrimiento porque, como ya hemos dicho en otras lecciones, necesitas experimentar el Amor de Dios para poder recordar que eso es lo que tú Eres.
Esta lección te enseña que el problema nunca está afuera porque no hay un “afuera” el problema siempre surge de ti, estás interpretando lo que percibes erradamente porque estás pensando erradamente, con el ego. Lo que percibes no puede ser cambiado porque es una proyección, no está realmente ahí, lo que sí puede ser cambiada es tu interpretación de lo que estás viendo, pensando con el Amor.
Recuerda el ejemplo que te dimos del perro rabioso (lección 6), tú interpretas que está rabioso porque algo en él te ha hecho recordar tu culpa y tu miedo inconscientes y proyectas sobre el perro lo que no quieres ver en ti, dejando de verlo tal como es ahora. El perro, entonces, te demuestra con sus acciones que tienes razón. En realidad el perro no toma ninguna decisión por su cuenta porque es una proyección mental, la decisión la has tomado tú, tú has decidido que prefieres tener razón a ser feliz, eliges ver ese recuerdo en vez del ahora porque temes mirar lo que simplemente ES, pero no entiendes (no recuerdas).
La razón de tu disgusto es que eliges ver algo “externo” a ti, algo diferente a ti. Fijas tu mirada en las apariencias, en lo irreal, en tus proyecciones, pero si fijaras tu mirada únicamente en lo que simplemente ES (lo que tú Eres y todo ES ) sentirías pura dicha, pero temes contemplar la Verdad porque has aprendido a negarla, es por eso que Dios te ha dado al verdadero Ayudante, para que aprendas a ver el mundo que Él construyó para ti en vez de este, un mundo que es la antesala a la Realidad del Reino, lo que en verdad Eres.
La Verdad no necesita definiciones, la hallas en tu interior, donde siempre ha estado y estará, pero para verla primero debes comprender que tus temores son infundados, para poder soltarlos y liberar tu mente de un pasado ilusorio, entonces te es fácil aceptar que todo eres tú.
Recurres al pasado, a la proyección, para tener razón, no para ser feliz. Cuando discutes con alguien es porque piensas que sabes de lo que estás hablando, crees tener razón, todas tus preocupaciones surgen por el mismo motivo, quieres afirmarte a ti mismo que lo que estás percibiendo es verdad, que sí percibes ira, muerte, traición, dolor, sufrimiento, enfermedad, etc. porque para ti es verdad, tú le has puesto un significado a lo que no tiene significado y eso es lo que ves, crees que las imágenes que ves sí están ahí, pero sólo estás viendo las imágenes de un sueño que ya terminó, un sueño que jamás sucedió en la Realidad.
Si alguien te parece que no es amable contigo no se lo tengas en cuenta, sólo estás viendo tus propias pesadillas, no estás viendo realmente nada, no estás viendo a esa persona como realmente es. Te estás perdiendo el momento presente por un pasado que jamás ocurrió. Cuando elegiste ver el pasado elegiste sentirte una víctima, pero no lo eres, has elegido ver ilusiones en vez de la Verdad, pero siempre puedes elegir de nuevo, en cualquier situación en la que te encuentres puedes elegir de nuevo. Sólo necesitas recordar que no sabes lo que estás viendo, sólo estás seguro de una cosa: de que eso que estás percibiendo, si perturba aunque sea mínimamente tu paz, no es real. Cambias tu manera de pensar y eliges ver a tu hermano con Amor, eliges pasar por alto lo que no es verdad.
Tus pensamientos errados están ahí para ser corregidos, están ahí esperando que algún día decidas ser feliz en vez de querer tener razón, están ahí recordándote que puedes elegir el perdón en vez de lo que estás viendo. A medida que avances en la práctica de las lecciones, trabajando “codo con codo” con el Espíritu Santo/Jesús, sabrás hacerlo y cuanto más elijas el perdón más fácil se te hará pasar por alto lo que no es verdad.
Si miraras al mundo, a todo lo que percibes, sin pensar que eso que ves es bueno o es malo, sino que todo es una misma ilusión carente de significado, estarías aceptando que no sabes qué hay realmente ahí, entonces, permitirías al Amor en tu mente mostrarte lo que realmente hay ahí. Dejarías de sentirte disgustado para sentir solo dicha.
“Si pudieras aceptar al mundo como algo que carece de significado y dejar que, en lugar de lo que tú crees, la Verdad se escribiera en él por ti, ello te llenaría de una felicidad indescriptible.”
En la práctica de la lección de hoy recuerda que si lo que ves te disgusta es porque estás creyendo que es real, estás viendo algo sin significado y le estás dando tu propio significado en vez de dejar que el Espíritu Santo/Jesús te diga qué es lo que estás viendo. La realidad siempre es Amor, recuérdalo. Practica con todo lo que percibes sin darle ningún significado a nada, como si estuvieras viendo una película, pero sin emitir ningún juicio. Nada es bueno ni malo, simplemente no es real si lo que percibes no es Amor. Realizando estas lecciones vas a aprender a pensar de otra manera, con el Amor. Al pensar con el Amor aprenderás a escuchar Su Voz, entonces, te será fácil comprender qué es lo que estás viendo y no darás valor a lo que no lo tiene.
“Ésa es la función de este curso, que no le concede ningún valor a lo que el ego tiene en gran estima” Ucdm
Nuestro pequeño consejo, resultado de nuestra experiencia:
Toma el libro de texto y ábrelo al azar, o si lo tienes en PDF, desliza el ratón por el cursor al azar. Allá donde se detenga, eso es lo que el Espíritu Santo/Jesús te aconseja poner atención. Aunque quizás no te lo parezca, te ayudará en la práctica de la lección de hoy. ¡Disfruta!
La importancia de esta idea radica en el hecho de que contiene la corrección de una importante distorsión perceptual. Piensas que lo que te disgusta es un mundo aterrador o un mundo triste; un mundo violento o un mundo demente. Todos esos atributos se los otorgas tú. El mundo de por sí no tiene significado.
Estos ejercicios deben hacerse con los ojos abiertos. Mira a tu alrededor, esta vez muy lentamente. Trata de seguir un ritmo tal, que el lento pasar de tu mirada de una cosa a otra sea a intervalos de tiempo bastante similares. No permitas que el lapso de tiempo empleado para pasar de una cosa a otra sea ostensiblemente más corto o más largo; trata, en cambio, de mantener un compás medido y parejo a lo largo de todo el ejercicio. Lo que veas no importa. Te enseñas esto a medida que le prestas la misma atención y le dedicas el mismo tiempo a cualquier cosa sobre la que tu mirada se pose. Éste es uno de los pasos iniciales en el proceso de aprender a conferirles a todas las cosas el mismo valor.
A medida que mires a tu alrededor, di para tus adentros:
Creo ver un mundo temible, un mundo hostil, un mundo peligroso, un mundo triste, un mundo perverso, un mundo enloquecido,
y así sucesivamente, usando cualquier término descriptivo que se te ocurra. Si se te ocurren términos que parecen ser positivos en vez de negativos, inclúyelos también. Podrías pensar, por ejemplo, en "un mundo bueno" o en "un mundo agradable". Si se te ocurren términos de esa índole úsalos junto con los demás. Es posible que aún no entiendas por qué esos adjetivos "buenos" forman parte de estos ejercicios, pero recuerda que un "mundo bueno" implica uno "malo", y uno "agradable" implica uno "desagradable". Todos los términos que te vengan a la mente son adecuados para los ejercicios de hoy. Su aparente valor no importa.
Asegúrate, al aplicar la idea de hoy, de no alterar la duración de los intervalos de tiempo entre lo que piensas que es agradable y lo que piensas que es desagradable. Para los efectos de estos ejercicios, no hay diferencia alguna entre una cosa y otra. Al final de la sesión de práctica, añade:
Pero estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.
Lo que carece de significado no es ni bueno ni malo. ¿Por qué, entonces, habría de disgustarte un mundo que no tiene significado? Si pudieses aceptar al mundo como algo que carece de significado y dejar que en lugar de lo que tú crees la verdad se escribiese en él por ti, ello te llenaría de una felicidad indescriptible. Pero precisamente porque carece de significado te sientes impulsado a escribir en él lo que tú quisieras que fuese. Eso es lo que ves en él. Eso es lo que en verdad no tiene significado. Bajo tus palabras está escrita la Palabra de Dios. La verdad te disgusta ahora, pero cuando tus palabras hayan sido borradas, verás la Suya. Ese es, en última instancia, el propósito de estos ejercicios.
Tres o cuatro sesiones de práctica con la idea de hoy serán suficientes. Dichas sesiones no deben pasar de un minuto. Es posible que incluso un minuto te resulte demasiado largo. Suspende los ejercicios en el momento en que experimentes cualquier tensión.



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