Lección 6





Lección 6: Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.

Como en la lección anterior debes tener en cuenta cuál es la causa de todo lo que experimentas en el mundo, hasta ahora has creído que la causa de todos tus disgustos es algo o alguien que no eres tú, pero ahora estás empezando a comprender que estabas equivocado, creías ser un ser separado del mundo, un ego, y al creerlo necesitabas creer que el mundo es la causa de todos tus problemas, pero se te está diciendo que el mundo es una ilusión de tu mente soñadora, y como ilusión, es solo “humo”, no hay nada ahí aunque lo que percibes parezca muy real.

No se te está diciendo que a partir de ahora niegues los cuerpos, niegues lo que experimentas. No. Todo lo que percibes está en tu mente, surge de tu mente y tu mente es santa por ser un Hijo de Dios, lo que quiere decir que todo lo que surge de tu mente es tan santo como tú porque tú eres su fuente. Lo que se te está diciendo es que tomes conciencia de que tú eres la causa de todo lo que experimentas porque tú eres el soñador del sueño, que lo recuerdes cuando alguien te irrite, cuando algo te suceda, que no busques la causa “fuera” de ti, todo es producto de tu mente, nadie te hace nada, todo lo has soñado tú creyendo ser ego, eso es lo que realmente te ha arrebatado la paz, el creer ser quien no eres. Lo que el ego sueña no te puede dar paz porque el ego no quiere tu paz, el ego quiere mantener su ilusión, no quiere saber nada del Hijo de Dios, por el contrario, su propósito es negarlo y destruirlo.

Cuando te disgustas por algo que piensas que es muy real,  no eres consciente de que solo estás viendo lo que tu ego-mente piensa y proyecta sobre ese (o esos) cuerpo. Eso que proyecta es una ilusión, no es real, no está realmente ahí, pero al fijar tu mirada en la ilusión dejas de ver lo que sí es real.

Lo que te disgusta es que has elegido soñar ser un ser separado en un mundo de separación, lo que te lleva a pensar que es posible ser atacado, padecer, enfermar y morir pero, al ser esto tu sueño, puedes elegir detener tu mente y cambiar tu sueño, pensando un sueño distinto con la ayuda del Espíritu Santo, sólo así el sueño se transformará y recobrarás la paz. A medida que avances en el Curso aprenderás que en esto consiste el verdadero perdón, por el momento obsérvate cada vez que te sientas disgustado. Como ego piensas que la causa está “afuera”, como Hijo de Dios eres consciente que tú eres la causa y que ahora puedes cambiar el efecto, por supuesto siempre con Amor.

"No te permitas sufrir por causa de las consecuencias imaginarias de lo que no es real. Libera tu mente de la creencia de que eso es posible. En su total imposibilidad radica tu única esperanza de liberación. ¿Y qué otra esperanza querrías abrigar? La única manera de liberarse de las ilusiones es dejando de creer en ellas." UCDM

"Dios nos ha dado la Respuesta, el único Medio de escape, el verdadero Ayudante. La función de Su Voz—Su Espíritu Santo—es mediar entre los dos mundos. El Espíritu Santo puede hacer eso porque, si bien una parte conoce la verdad, reconoce también nuestras ilusiones, aunque no cree en ellas. El objetivo del Espíritu Santo es ayudarnos a escapar del mundo de los sueños, enseñándonos cómo cambiar nuestra manera de pensar y cómo corregir nuestros errores." UCDM

Nuestro pequeño consejo, resultado de nuestra experiencia:
Toma el libro de texto y ábrelo al azar, o si lo tienes en PDF, desliza el ratón por el cursor al azar. Allá donde se detenga, eso es lo que el Espíritu Santo/Jesús te aconseja poner atención. Aunque quizás no te lo parezca, te ayudará en la práctica de la lección de hoy. ¡Disfruta!



Los ejercicios que se han de llevar a cabo con esta idea son muy similares a los anteriores. Es necesario, una vez más, que para cualquier aplicación de la idea de hoy nombres muy concretamente la forma de disgusto de que se trate (ira, miedo, preocupación, depresión, etc.), así como lo que percibes como su causa. Por ejemplo:

Estoy enfadado con ___ porque veo algo que no está ahí.
Estoy preocupado acerca de ___ porque veo algo que no está ahí.

Conviene aplicar la idea de hoy a cualquier cosa que parezca disgustarte, y puede usarse provechosamente durante el transcurso del día con ese propósito. No obstante, las tres o cuatro sesiones de práctica que hoy se requieren deben ir precedidas, como en días pasados, por un minuto más o menos de búsqueda mental, seguido de una aplicación de la idea a cada pensamiento de disgusto descubierto en dicha búsqueda.

Una vez más, si te resistes a aplicar la idea a algunos de los pensamientos que te causan disgusto más que a otros, recuerda las dos advertencias mencionadas en la lección anterior:

No hay disgustos pequeños.
Todos perturban mi paz mental por igual.

Y:

No puedo conservar esta forma de disgusto y al mismo tiempo desprenderme de las demás.

Para los efectos de estos ejercicios, pues, las consideraré a todas como si fuesen iguales.

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El vídeo que puedes ver aquí abajo, contiene la lección de hoy comentada por Ken Wapnick.  Este material es de una gran ayuda pero es más fácil de seguir si tienes una cierta familiaridad con los conceptos básicos del curso.








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Texto de Un Curso de Milagros